Película basada en la obra juvenil de James Dashner, esta película futurista promete varias secuelas. En cines en septiembre de 2014, El Corredor del Laberinto trata las aventuras de un grupo de jóvenes encerrados en un claro y rodeados por un gran laberinto habitado por unas criaturas futuristas, llamadas laceradores, que atacan nocturnamente y, en ocasiones, también de día. Para los amantes de la ciencia ficción y también de la literatura juvenil por entregas, ésta es su película.
Si una película está llamada a suceder a las rentables películas por entregas, como Harry Potter, El señor de los anillos, El Hobbit o la Saga Crepúsculo. Toda esta retahíla de obras juveniles y de ciencia ficción no tiene otro modus operandi que entender que el fenómeno de la literatura juvenil llevada al cine sigue estirándose. Entramos en una cuerda floja en la que cualquier escritor más o menos bueno, con una idea buena, puede ser tocado por la varita mágica de Hollywood y ser conocido globalmente, con lo que implica la ganancia de dinero por derechos y libros.
Esta película tiene puntos buenos: una buena estructura de la idea principal y un desarrollo más que aceptable. No he tenido la suerte -o desgracia- de leerme el libro al que hace referencia la película, pero si es más o menos entretenida que el film, estoy seguro que valdrá la pena leerlo.
En ningún momento estás deseando levantarte del sillón del cine por desesperación, agobio o aburrimiento. Si bien es cierto que hay detalles de la película que se te escapan, y creo que el libro te daría toda la guía. El "CRUEL es buena" que repiten varias veces en la película debes investigarlo para darte cuenta que no es la buena señora rubia que les cuenta el detalle del experimento, sino que es la empresa que ha ideado este sistema-experimento que juega con la vida de varios adolescentes, encerrados en un territorio hostil.
La labor interpretativa es buena. No se sale, pero es muy pasable y creíble. No es que se confíe mucho en los actores jóvenes, y muchos de ellos acaban encasillados, pero en este caso el protagonista, Thomas, y varios más están logrados.
Los efectos especiales son alucinantes: ya no podemos decir que sea una gran producción, pero los efectos son espectaculares. Los laceradores -una especie de aliens- que son parecidos a arañas con carne y hierro a parte igual, hacen las delicias del amante de la acción y del suspense. Interminable sería comentar lo espeluznante de escenas en las que con alfileres se salvan los personajes de una muerte segura. También es interesante la recreación de un laberinto, con paredes kilométricas, hiedras salvajes, etc...
Es de aquellas películas que habrá que volver a ver cuando saquen -espero- la segunda parte. Lo mejor de todo es que el final añade un suspense, que muy pocos directores han sabido conseguir. En una tierra devastada por el sol, y con una enfermedad que ataca al cerebro de los humanos, estos jóvenes han sido elegidos y con ellos se experimenta. El final es el común a todas las películas de las que he hablado más arriba, que incitan a que vuelvas al cine a ver la segunda y tercera parte. Y nada más que por esa razón, la película se salva de la quema. No soy gran seguidor de las películas juveniles, pero ésta tiene los alicientes para hablar de ella.
Si eres de los que sufren del corazón, no la veas. Si eres de los que disfrutas con la acción y el suspense, estás ante ella. Por mucho que pensemos que por ser juvenil no tiene estos pequeños ingredientes, acabaremos equivocándonos.
Y es que una idea bien desarrollada, bien dirigida y con unos muy buenos efectos especiales, tiene muchas papeletas para ser el bombazo de la temporada. Esperemos que el autor le dé por escribir y a los productores les dé por producir la segunda parte. La esperamos...