Fuera de que todas las películas españolas suelen adolecer de efectos especiales o varitas mágicas como en Hollywood, en este caso nunca oiréis decir de mi boca que esta película está mal hecha en cuanto a efectos especiales: quizá es lo que salva al film. Muy buen maquillaje (quizá con la raya del ojo a Miguel Ángel Silvestre, no), el guiño espectacular a los videojuegos que quizá se debiera explotar más, el uso de la fotografía para reflejar los dos mundos: el real y el del límite de la realidad.
Cartel de la película |
Videoclip de Nach Scratch en el que se utiliza el rap y el hip hop como nueva poesía, ofreciéndonos uno de los títulos musicales principales de la película VERBO
Pero es floja, y todavía me lo estoy preguntando. Quizá los actores estén flojos, es una apreciación mía. Quizá sea la explotación de personajes de Física y Química o de Sin Tetas no Hay Paraíso. Quizá sea la utilización de una prácticamente desconocida para el papel protagonista, puesto que está irreconocible. En "no soy como tú" quizá era más "normal", aunque no tuvo mucho éxito.La idea está muy bien pergeñada, pero el producto final no acaba de convencer. Quizá sea el final: demasiado pasteloso. Quizá sea el salto demasiado excesivo del director. Sigo sin saberlo... pero deja mal sabor de boca el hecho de encontrarte que la historia no acabe de convencer.
Lo más loable es la idea: una segunda realidad que a todos nos acecha. La poesía que todo lo describe y de la cual se pueden extraer muchas enseñanzas (muy intencionado y acertado el uso del "rap" como nueva forma de poesía). Cuando hablamos de fábula moderna inevitablemente nos limitamos a exponerla en el ambiente presente, pero ¿no sería más correcto haberla delimitado en pleno siglo XIX? La realidad virtual ayudaría a darnos cuenta de la evolución del personaje con otros valores y otras épocas.
Dejo para la reflexión del espectador de esta película la comparación de la protagonista, Sara, con don Quijote de la Mancha y ese famoso capítulo L, creo recordar, que expone en clase magistralmente. En cuanto a actuación me quedo con ese maravilloso símil entre la realidad y la invención. También creo entrever la comparativa de Sara con don Quijote en determinados momentos: desde el inicio hasta el final de la película el Príncipe de los Ingenios y el Insigne Caballero ululan en el film; y eso es un verdadero guiño al resultado final, que no es otro que la posibilidad de utilizar nuestra realidad para amoldarla a nuestros fines, para que nuestra realidad sea nuestro efecto plazebo de los problemas.
No deja de extrañarme del papel ínfimo de Miguel Ángel Silvestre. Aparece, da cuatro pinceladas, habla en verso, enseña la raya del ojo y quizá poco más. Najwa Nimri quizá está algo mejor que él, pero tampoco son papeles destacables. De ahí que la protagonista que debe lucirse, Alba García no lo termine de hacer y el resultado sea ese amargor en el paladar. Y mira que pintaba bien la película.
Me gusta esa imagen de realidad virtual que impregna la segunda parte de la película. Se asemeja a un laberinto, por ejemplo, el del Minotauro o la memoria o cerebro conforme se va a apagando por la llegada de la muerte y la posibilidad de dar marcha atrás. La fábula puede radicar en eso; en que la persona que se suicida no tiene oportunidad de dar marcha atrás. Me gustan las pruebas y el hecho de que la protagonista que parece tener un problema de autismo supere sus miedos y se convierta en una persona plena.
Fotografía de Miguel Ángel Silvestre caracterizado como "VERBO". Foto tomada de www.miguelangelsilvestre.com |
En fin, Verbo es un canto a la lucha desde dentro para conseguir un mundo mejor. Y ese mundo está impregnado del mundo de la calle, personificado con los ya clichés del graffitti, videojuegos, realidad virtual y el rap, reflejados antiguamente por el arte y la poesía.
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