Esta rentable franquicia creada por Spielberg sigue coleando, veinte años después. Las franquicias de este carismático director avalan películas en las que el entretenimiento está garantizado. Siempre pensé que la primera parte iba a estar, como mínimo, desfasada, pero nada más lejos de la realidad.
Sigue estando fresca, tiene ritmo, está salpicada de humor, filosofía, y un terror descafeinado que puede digerirse por toda la familia. Ese guiño a la infancia lo vemos en las tres sagas, cada una por diversos motivos:
- En la primera película, los nietos del constructor de Parque Jurásico.
- En la segunda película, para mí la más floja, la hija del notable matemático-rockero, que aparece testimonialmente más que en ninguna.
- En la tercera película, el hijo del matrimonio que obliga al profesor Grant a volver a la isla.
Este guiño a la infancia está cronometrado por Spielberg, en las dos primeras películas, y en la tercera, de Joe Johnston. Ese guiño argumental es ya un sello de la saga. No me extrañaría que en la cuarta parte también apareciera un niño que tiene que enfrentarse a los dinosaurios. Esa formación de los personajes tiene una interesante gestión: en la primera parte, el propietario del parque no se va a la ruta turística de los dinosaurios (porque ya sabemos que el Rex les va a atacar). En la segunda parte, y más difícil todavía, la escena en la que los dos REX se enfrentan a los protagonistas en la caravana no tiene a la niña.
Es evidente que son fáciles de prever. Esa previsibilidad nos hace encontrar fallos en la gestión general de la estructura, y desde el primer momento sabemos que hay personajes a los que no va a tocar los dinosaurios: véase los niños, el dueño del parque -que cojea cuando quiere-, el doctor Grant, etc...
De estas películas es muy recomendable los efectos por ordenador y las figuras de los dinosaurios: no sólo están conseguidas sino que le han valido a Spielberg la fama de buen productor, de persona que es capaz de tirar la casa por la ventana en superproducciones. Han sido franquicias rentables, no sólo para él, sino para la historia del cine. En los 90, la saga de Jurassic Park supuso una revolución en cuanto a los efectos por ordenador, y supuso una revolución en cuanto a postproducción. De ahí que haya comentado más arriba que estas películas no han pasado de moda.
Las tres películas tienen como protagonistas algunos animales prehistóricos que se adhieren a la trama de forma predominante: en la primera parte, los velociraptores (la escena de la cocina con los niños es mítica); en la segunda parte, los tiranosaurios REX, con la escenas finales con los velociraptores; y en la tercera parte los pterodáctilos y los spinosaurus (que pueden llegar a matar al tiranosaurus).
La tercera película, la más corta de duración, ha quedado "in media res": nos deja con un sabor de boca agridulce (a mí me resultó muy corta). La peor película, la que no recomendaría, es la segunda: me resulta rara, mal actuada, demasiados cambios de forma, etc... Sin embargo, la escena de San Diego, con el REX merodeando por las calles, me resulta de lo más salvable de la película, con el enfrentamiento con los velociraptores. Esta segunda parte, sin embargo, se adentra en más especies de dinosaurios.
Pero la primera parte supuso un éxito contundente: y sigue estando vigente. Ese enfrentamiento con el REX y con los velociraptores ha quedado inscrito en nuestras retinas y supone un éxito de público. Han sido películas que por mérito propio han quedado en nuestro imaginario colectivo y forman ya parte de la historia del cine con letras mayúsculas.
Mención aparte para la música, escrita por John Williams, que tiene en su haber bandas sonoras como la de "La Guerra de las Galaxias", Indiana Jones, Harry Potter, y que supone una apuesta clara por hacer reconocible la música de la saga. Seguramente, si hiciéramos una encuesta entre todos los que leéis este artículo, oyendo el tema principal, claramente reconoceréis Jurassic Park. Hay que reconocer que el cine, como séptimo arte, tiene ambivalencias y relaciones con otras artes, y en este caso música y cine se conjugan para ofrecernos un espectáculo inimitable.
Tema principal, de la Banda sonora original, escrita por John Williams.
Dejemos atrás la filosofía del caos, esbozada por el Dr. Malcom en la primera parte, que forma parte ya de nuestra vida: un aleteo de mariposa en España, puede producir un terremoto en Japón, y que hemos y estamos viviendo con la crisis económica. También el hecho de desafiar a Dios al volver a poner en la tierra especies que por azar, suerte o lo que sea, se extinguieron hace 65 millones de años. Pero el cine tiene ese poder de desafío: puede hacernos imaginar que estamos en un cretácico, con esos grandes animales, y hacerlo tan real como lo podríamos llegar a vivir en un futuro cercano.
Habría que ver también la relación que tiene el cine con la literatura, y para ello nada mejor que leernos el bestseller de Michael Crichton, del cual podremos obtener comparación entre literatura y cine. Y es que el cine nos tiene acostumbrados a ser fiel reflejo y calco de obras literarias. En este caso, el autor del betseller esbozó los personajes que veríamos reflejados en la película.
Escena de los dos velociraptores, quizá la mejor escena de la primera película, presentada en HD
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