martes, 15 de noviembre de 2011

FURIA DE TITANES: COMPARATIVA

Inexplicablemente mejor la primera. Soberanamente mejor realizada la segunda. ¿Con cuál me quedo?

Mi opinión al respecto es que sigue impresionándome la primera. Y no lo digo por el reparto, que también. Simplemente es más genuina. Sigue más el curso de la mitología que en la segunda, en la que lleva varios detalles a la inverosimilitud. No queda claro por qué en la segunda (2010) detalles argumentativos como la fábula de Dánae quedan mal desdibujados o tampoco por qué el gracioso personajillo del búho, que recuerda a la saga de la Guerra de las Galaxias, de la primera parte queda enlatado y fuera de toda duda en la segunda. La mala de la primera parte es Tetis y en la segunda es Hades: ¿ilusión, realidad, rareza?

Estos americanos, a fuerza de exprimir argumentos se cargan las películas. La fuerza compositiva de la primera película, los más que logrados efectos especiales y la utilización en muchas ocasiones de trucajes de cámara o fotografía para dar la impresión de verosimilitud hoy levantan una sonrisa. Pero en aquellos tiempos, la película gustó por igual a niños y a adultos.



El éxito de la primera creo que no lo ha cosechado la segunda. Hay que reconocer que los medios técnicos de ordenador de la segunda no los podrían igualar en 1981, pero hasta que se diga lo contrario, creo que me quedaré con las clásicas. Las nuevas sirven para entretener, en muchas ocasiones para ver músculo, pero aparecen personajes que no tienen que ver con la mitología de Perseo y desdibujan el argumento. ¿Perseo con Ío? ¿No se queda con Andrómeda? ¿La salva para luego irse a recorrer mundo?


Voy a detenerme en la escena de Medusa. En la segunda parte los efectos especiales llaman notablemente la atención y la carga compositiva de los planos hacen plantearnos muchos interrogantes de planos de cámara. Pero hay que reconocer que la pericia de la primera parte la saben captar, y hay que reconocer que Medusa en la segunda parte es más guapa (cosa que en la primera era un esperpento). También en la segunda explican que la maldición de Medusa no afecta a las mujeres, vamos, que las mujeres tenían prohibido, como casi todo en la Grecia Clásica, ir a ver a la mujer.

Cara de Gorgona puse cuando vi el esqueleto, llamado Caronte, de la primera parte. Me hizo sonreír, rabiar y quedarme con los ojos entornados porque chirriaba, se veía preparado con acelerones y sin gracia, cosa que en la segunda parte resuelven notablemente. Los jin (esos demonios sumerios), qué hacen en la segunda parte???

La escena de las brujas también está mejor determinada en la primera parte. Esas tres ancianas con un pegote de maquillaje que no las deja ver, mientras que en la segunda, más que brujas parecen monstruos. Además, el ojos de la primera se acerca más a la definición de la mitología en mi opinión. El ojo como cristal y no como guiñapo de plástico de la segunda.


En fin, juzguen por ustedes mismos. Mi voto es para la primera. Hamling excepcionalmente en la primera: galanazo, guapo, algo soso (como en sus apariciones televisivas) pero correcto. En la segunda, un Gladiator que no da la pinta de pescador ni cayéndose al agua.

2 comentarios:

  1. Muchas gracias por el comentario. La primera tiene un gusto singular. En su momento, convirtió el género de las aventuras en un referente. Cierto gusto tiene a la Guerra de las Galaxias. El robot-búho era un guiño a los más pequeños de la casa. Y la historia sigue la mitología. En cambio, la segunda es una catarata de efectos especiales, músculos y buenas intenciones: un remake de Hollywood. Un abrazo, acayetl.

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